Cooperación para el cambio
Derechos de las mujeres afganas
Afganistán es el país más pobre del mundo, excluyendo África. Menos de un tercio de la población tiene acceso al agua potable, y un 40% no puede cubrir sus necesidades nutricionales diarias. Uno de cada cuatro niños muere antes de cumplir cinco años.
Bajo el régimen talibán, se prohibió a las mujeres y niñas afganas el acceso a la educación, e incluso salir de la casa sin un pariente masculino. Hoy, ha habido algunos avances: se ha establecido un sistema de cuotas que garantiza que el 25% de los diputados afganos sean mujeres, y la nueva constitución les otorga iguales oportunidades y derechos que a los hombres. Pero lo cierto es que, después de años de conflicto, en muchas áreas el sistema judicial formal tiene poco impacto real en la vida de los ciudadanos afganos. Las mujeres siguen siendo marginadas y pobres. Se estima que una de cada tres afganas es sometida a abuso sexual, psicológico, o físico y sólo el 13 % de mujeres es capaz de leer y escribir.
Luchando por una vida digna
Miles de mujeres afganas luchan para cambiar esta situación. Muchas han arriesgado sus vidas durante años, en valientes actos de resistencia diaria: enseñando a leer y escribir a niñas durante la etapa talibán, protestando en las calles contra la aprobación de leyes que vulneraban sus derechos, o simplemente yendo a la escuela, la universidad o el trabajo a pesar de la presión social.
Hablar de derechos puede parecer un ejercicio teórico y conceptual en un país apremiado por necesidades tan básicas. Sin embargo, la violación de los derechos de las mujeres en Afganistán tiene un impacto real y terrible en aspectos como la salud o el acceso a alimentos y a agua potable. Los matrimonios infantiles tienen como consecuencia directa el aumento de la mortalidad materna (Afganistán tiene el segundo índice más alto del mundo). El analfabetismo y la ignorancia provocan que las mujeres no sepan que deben vacunar a sus hijos, o cómo tratar trastornos tan comunes en los niños como la diarrea o la varicela. La pobreza, en definitiva, está directamente relacionada con las barreras que se imponen a las mujeres para su participación en la toma de decisiones.
Por todo ello, a pesar de los enormes desafíos, de la lentitud de los cambios, y de las posibles frustraciones, en InspirAction estamos comprometidos con el apoyo y el impulse de los derechos de las mujeres afganas. InspirAction trabaja no sólo para impulsar su acceso a la asistencia médica, la educación y el empleo, sino también para proteger sus derechos y los de sus hijos.
Ayudándoles a proteger sus derechos - no sólo dentro de sus comunidades, sino también a nivel oficial en la ley afgana – InspirAction y las organizaciones locales con las que colabora en Afganistán, trabajan para garantizar que el papel de las mujeres en la sociedad afgana es protegido a largo plazo.
Foto: Tabitha Ross © InspirAction